") }else if (geoip_country_name()=="Mexico"){ document.writeln("") }else{ document.writeln("") }

Cesar debe Morir (2012)

El teatro de la cárcel Rebibbia de Roma. Acaba de terminar la representación de “Julio César”, de Shakespeare; el público aplaude, entusiasmado. Las luces se apagan y los actores vuelven a su condición de presos camino de las celdas.  Seis meses antes: El director de la cárcel y un director de teatro se dirigen a los presos para hablarles de un nuevo proyecto, la escenificación de la obra “Julio César” en la cárcel. El primer paso es el reparto. El segundo, el estudio del texto. El idioma universal de Shakespeare ayuda a los presos a identificarse con los personajes. Es un camino largo, difícil, plagado de ansiedad y de esperanza. Estos suelen ser los sentimientos que invaden a los presos en sus celdas, después de los ensayos.  ¿Quién es Giovanni, el hombre que encarna a César? ¿Y quién es Salvatore, convertido en Bruto? ¿Qué han hecho para estar condenados al encarcelamiento? La película no intenta esconder sus crímenes. Pero el orgullo y la pasión que sienten por la obra no siempre libera a los presos de la exasperación que produce la cárcel. Sus violentos enfrentamientos incluso hacen peligrar la representación. Cuando llega el tan esperado día, los temores se recrudecen. El público es numeroso y muy diversificado: presos, actores, estudiantes, directores… Julio César vuelve a la vida en el escenario de una prisión. El éxito es total. Los presos regresan a sus celdas. “Casio” está entre ellos. Es uno de los personajes principales y también uno de los mejores actores. Hace muchos años que ingresó en la prisión Rebibbia, pero esta noche su celda no parece la misma, se siente en un entorno hostil. Se queda inmóvil un momento antes de girarse y mirar a cámara: “Desde que he conocido el arte, mi celda se ha convertido en una cárcel”.

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS

0 comentarios:

Publicar un comentario