El aparejador Carlos Alonso tiene, ademas de paciencia y sufrida esposa, quince hijos y un abuelo de los que cuidar. Practica, logicamente y de manera desaforada, el pluriempleo. No le queda otro remedio si quiere sacar adelante a la familia, aunque todavia le quede la remota esperanza del Premio Nacional de Natalidad.
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